«Cuando estoy triste sólo me apetece comer chocolate; siempre que tengo un mal día en el trabajo arraso con la nevera cuando llego a casa; la cena es mi momento de relax y no controlo lo que como.» -Laura Díaz, paciente que ha conseguido controlar su hambre emocional.
Si te has sentido reflejada en alguna de las frases anteriores te animo a que sigas leyendo con atención porque descubrirás qué es el hambre emocional, cuándo se origina, en qué repercute y cómo podemos ayudarte a controlar el hambre emocional.
¿Qué es el hambre emocional?
El hambre emocional es un modo de regular las emociones con la comida, dando un poder a los alimentos como calmantes, solucionadores de problemas, vía de escape, ansiolíticos… y suele conllevar ingestas elevadas o atracones de comida para conseguir el fin. A menudo, pensamos que nos sentiremos mejor después de ese atracón de comida pero suele provocar el efecto contrario desembocando en una emoción de arrepentimiento por haber comido demasiado.
¿Es siempre perjudicial? La respuesta corta es no. Pensemos en una celebración de cumpleaños donde todos estamos contentos y felices en torno a una mesa llena de comida. Mantener un estado de consciencia y control en esa situación logrará que el comer emocional no afecte negativamente a la salud.
Por lo tanto, podemos diferenciar entre hambre emocional “positivo” y “negativo”, siendo la pérdida de control y consciencia lo que marca la diferencia.
¿Cómo me afecta un episodio de hambre emocional negativo o atracón?
A nivel emocional se produce una montaña rusa de emociones y pensamientos. Situándonos en el momento del atracón podemos distinguir 3 tiempos: antes, durante y después.
El antes viene determinado por el detonante del atracón: tristeza, rabia, enfado, furia, estrés, ansiedad… En ese momento el cerebro busca un mecanismo para gestionar esa emoción y sólo encuentra la comida. Se inicia el atracón y todo se transforma: aparece la tranquilidad ,el placer, el disfrute del alimento, incluso felicidad momentánea.
La duración de este atracón es variable, desde 1 minuto hasta horas.
El después es el momento más crítico. Se ha terminado la tableta de chocolate y aparece un golpe de realidad, vuelve la inseguridad y las emociones iniciales; desaparece la calma y tranquilidad.
¿Cuál es el problema? Esa carga emocional ha aumentado de intensidad, la rabia ahora es mayor porque “no soy capaz de controlar”; me enfado conmigo misma porque “he vuelto ha hacerlo, no sé parar”; la ansiedad aumenta acompañada ahora de la culpabilidad.
A otros niveles, si sufres estos atracones es probable que veas afectado tu humor mostrándote más irascible; el sueño, impidiendo un descanso adecuado; estado de ánimo, con subidas y bajadas constantes; pesadez abdominal y gases; episodios de estreñimiento; inseguridad, manifestándose con apatía por la vida sexual, social y familia; sensación de desorden de vida constante.
¿Cómo diferenciar hambre real vs hambre emocional?
Según la RAE, hambre se define como la gana y necesidad de comer. Entender por qué aparece ese hambre, cómo lo puedo saciar y qué pensamientos aparecen nos permitirá conocer las diferencias entre real y emocional.
El hambre real viene determinada por un hambre fisiológica. Por ejemplo, ha pasado mucho tiempo desde la última comida. ¿Cómo lo puedo saciar? Dependiendo de la magnitud de esa sensación de hambre, elegiré alimentos más o menos saciantes y más o menos saludables. Suelo dedicar un tiempo a reflexionar qué alimento será el más adecuado antes de tomar la decisión. “Va a empezar a sonarme la tripa” es un pensamiento asociado.
El hambre emocional viene precedida por una situación emocionalmente intensa (una discusión) o demasiado plana (aburrimiento). Cuando pienso en cómo saciar este hambre casi no dedico tiempo y voy sin darme cuenta a la cocina “a ver qué encuentro”. Aparece el comer compulsivo donde no he decidido de forma consciente qué comer ni qué cantidad.
«Siempre que como lo hago mirando el móvil y de manera rápida. Además, cuando me siento a comer estoy muy nerviosa y ansiosa. Siguiendo los ejercicios que me mandasteis he conseguido comer más consciente y me sienta mucho mejor» – Almudena Rodríguez
Primera consulta gratis
Valoración inicial por videollamada de 15 minutos en la que conoceremos cuáles son tus objetivos y te asesoraremos sobre cómo se adaptará el tratamiento a ti.
¿Qué esconde el hambre emocional?
Comer de forma compulsiva tan solo es la manifestación de otros aspectos ajenos a la comida que producen preocupación o desasosiego.
Es muy común encontrar una conducta de cena compulsiva tras un día estresante pero no es el estrés en sí mismo el factor detonante. La falta de confianza en mí misma, baja autoestima e inseguridad ante una reunión importante en el trabajo han generado estrés… Estos sí son los detonantes. ¿Te has sentido así?
La depresión con y sin medicación es otro foco de ansiedad que se intenta rebajar con comida.
El desorden, la falta de planificación, autoexigencia y perfeccionismo, miedo al aumento de peso… todos son pensamientos y hechos que están escondiendo tu hambre emocional.
Te invito a que reflexiones unos segundos sobre: ¿qué papel tiene la báscula que utilizas a diario en todo esto? Estás preocupada porque los atracones se vean reflejados en el peso y decides pasarte todas las mañanas, ¿cómo puede afectar esta conducta?
Efectivamente, es un círculo sin fin en el que está muy presente la soledad, no sé qué hacer. Nuestra recomendación es que contactes con un nutricionista y/o psicólogo para poner fin a estos atracones nocturnos.
¿Cómo controlar el hambre emocional? Soluciones
Existen soluciones para controlar el hambre emocional. Aunque, como ya hemos visto, muchas veces el problema radica en algo más profundo que es mejor tratar con un profesional. Estos son algunos consejos que puedes seguir cuando identifiques un ataque de hambre emocional.
- Organiza las horas de comida de tu día al levantarte, incluso puedes pensar qué tomar en cada momento.
- Intenta tener alimentos fáciles de comer siempre a mano: zanahorias partidas, fruta pelada, yogures naturales en la nevera, frutos secos crudos…
- Analiza lo que ha pasado anotándolo en una libreta que sea tu diario, así podrás entender qué ha ocurrido y cómo puede evitarlo en próximas ocasiones.
- Como ya hemos visto, lo mejor es contactar con un profesional. Si te has sentido identificada con los puntos de este artículo te aconsejamos que contactes con nuestro equipo de profesionales para tratar tu caso de manera particular. ¿Quieres saber cómo trabaja nuestro equipo?
¿Cómo te acompañaremos desde Sarai Alonso Psicólogas-Nutricionistas?
El Método Sarai Alonso está diseñado para ti. Hemos dedicado especial atención en ofrecer un servicio de calidad que cuide y arrope a nuestros pacientes porque gracias a nuestra amplia experiencia sabemos cómo te sientes.
Por ello siempre trabajamos desde el profundo respeto y empatía, nunca juzgando. Somos tu compañía y compartimos contigo todos los logros y tropiezos que haya en el camino.
El chat incorporado en el área personal es una herramienta muy útil para conectar con tu profesional y transmitir tus preocupaciones, avances, fotos…
En definitiva, sentirte acompañada por profesionales amigos, de confianza, hará que tu inseguridad vaya disminuyendo y tu autoestima aumentando.
Nuestras sesiones online son espacio para ti, para dedicarte un tiempo donde te encontrarás cómoda y relajada gracias a nuestra experiencia en esta modalidad y formación.
Somos un equipo interdisciplinar donde psicólogas y nutricionista trabajamos en conjunto para que nuestro paciente esté acompañado por profesionales que guían el camino en una única dirección.
¿Cuándo empiezas a ver resultados?
“Si quiero ver resultados, tengo que hacer cambios”. Desde el primer momento en el que se incorporan mejoras empezarás a observar los resultados, es decir, desde la primera consulta.
¿Cómo te sentirás en el proceso?
A lo largo del camino observaremos que hay tramos fáciles donde se avanza con ligereza y agilidad; llegarán otros tramos donde encontraremos piedras y aprenderemos a enfrentarnos a la situación sin dejar de avanzar; habrá momentos donde estemos agobiadas porque el camino se estrecha, nos presiona y hace que veamos la meta más lejana… aquí descubriremos la importancia de avanzar con calma y seguridad, estando muy satisfecha y orgullosa al mirar atrás y ver el camino ya recorrido.
Si lo que has hecho hasta ahora no te ha funcionado, no creas que eres incapaz. Solo necesitas profesionales que te escuchen y acompañen.
Contacta ahora con nuestro equipo de profesionales:
0 comentarios