¿Las kilocalorías engordan?¿Cómo compensarlas?
¿Has pensado alguna vez?: “No, no me pongas pasta en el menú porque tiene muchas kilocalorías (calorías) y engorda” o “Miré cuántas calorías tenía después de comérmelo, me parecieron muchas y me obligué a ir más horas al gimnasio y a cenar solo un plato de lechuga para compensar.”
Seguramente te hayas identificado con alguno de estos comentarios que con tanta frecuencia escuchamos en nuestras consultas.
Cuando empezamos a preocuparnos por el peso, engordar y adelgazar, solemos ver la comida como una fuente de kilocalorías (calorías) exclusivamente que me va a hacer engordar desde el primer segundo que lo introducimos en la boca. Esta cascada de pensamientos lleva a nuestro cerebro a “ordenarnos” que debemos actuar y la única manera eficiente que conoce es compensar haciendo más ejercicio, cenando sólo un plato de lechuga, vomitando de forma voluntaria….
Las kilocalorías son una fuente de energía vital, como lo es la gasolina al coche. No podemos sobrevivir si de forma habitual no consumimos calorías.
Compensar: fácil y arriesgado
Aunque parezca que hablamos de una simple fórmula matemática donde debemos lograr un déficit calórico, el cuerpo es mucho más sabio y complejo con lo que no debemos guiarnos por los datos numéricos. Buscar una compensación calórica nos hace entrar en un bucle insano y peligroso, donde empezamos a ver los alimentos como kilocalorías (calorías) que hay que eliminar inmediatamente ya sea con ejercicio, con una restricción calórica posterior o con conductas purgativas (vómitos).
En estas situaciones enviamos un mensaje a nuestro cerebro que es contradictorio: come lo que quieras (permiso) que luego lo vas a compensar (castigo) sin ningún problema. Hemos entrado en el permiso-castigo sin darnos cuenta con la comida, un juego muy peligroso. Si estas conductas compensatorias aparecen con una determinada frecuencia se convierten en patológicas y requieren una intervención específica de nutrición y psicoterapia o psiquiatría.
La comida es mucho más que kilocalorías y engordar o adelgazar. Cuando hablamos de comer, no sólo nos referimos a la esfera nutricional sino también a la emocional. ¿Cuántas veces una comida te ha transportado a un recuerdo del pasado, a una persona, a un viaje o ha reunido a toda una familia…? ¿Vas a prohibirte sentir todas esas emociones porque estás pensando en las kilocalorías que tiene el plato y en lo que te va a engordar?
Desde Sarai Alonso Nutricionistas defendemos el comer consciente, donde tú decides en todo momento y la situación está bajo TU control. Nuestro objetivo principal es que sepas identificar en qué casos tu hambre es emocional y en cuáles es real, y después decidas si quieres o no satisfacer esa necesidad y cómo hacerlo de la forma más adecuada para ti. Evitamos así los pensamientos compensatorios y de culpabilidad.
Nuestro Método defiende la alimentación saludable y equilibrada como una constante en nuestro día a día donde engordar o adelgazar tiene la relevancia que se merece, ni más ni menos. Y aceptamos que estamos cargados de emociones que en ocasiones volcamos en la comida como hambre emocional.
Entonces, ¿conviene eliminar las emociones de nuestra vida para lograr una alimentación plana que no me haga engordar? No, la respuesta es un no rotundo. Debes encontrar un equipo profesional con el que guiarte y apoyarte, que logrará conocer a la perfección cuáles son tus necesidades alimentarias y emocionales, y te acompañará en el proceso de cambiar el chip mental: las calorías no engordan.
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