«¿Me pones pasta en el menú con lo que engorda?» “Miré cuántas kilocalorías tenía después de comérmelo. Me parecieron muchas y me obligué a ir más horas al gimnasio y a cenar solo un plato de lechuga.»
Solemos ver la comida como una fuente de kilocalorías, únicamente, que nos va a hacer engordar desde el primer segundo que lo introducimos en la boca. Fuente de energía que además creemos que hay que eliminar a base de procesos compensatorios como puede ser ir más horas al gimnasio, cenar solo un plato de lechuga, o en otros casos, provocar el vómito.
Sin embargo, la comida es mucho más que eso. No sólo nos referimos a la esfera nutricional, también a la emocional. ¿Cuántas veces una comida te ha transportado a un recuerdo del pasado, a una persona, a un viaje o ha reunido a toda una familia…? ¿Vas a prohibirte sentir todas esas emociones porque estás pensando en las kilocalorías que tiene el plato y en lo que te va a engordar?
¡Atención! Puedes llegar a pensar que estamos defendiendo el «comer emocional», inconsciente y desordenado. Pero no es así. Defendemos el comer siendo consciente de que lo haces porque quieres y controlas la situación. Nuestro objetivo principal es que sepas identificar en qué casos tu hambre es emocional y en cuáles es fisiológico, y después decidas si quieres o no satisfacer esa necesidad.
El Método Sarai Alonso defiende la alimentación saludable y equilibrada como una constante en nuestro día a día, y aceptamos que pueda haber alimentos emocionales. Porque, ¿qué es una vida sin emociones?
Actualizado Septiembre 2021
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