La alimentación saludable en los viajes es «misión posible»
¡Es tiempo de viajar! Tiempo de ir a un sitio de playa o de montaña, a una ciudad por negocios, a una ciudad extranjera o al pueblo donde creciste. Por trabajo, para reunirte con familia o amigos, o para hacer planes extraordinarios. Tiempo para salirse de la rutina. Tiempo para cambiar la dieta habitual… ¡ERROR!
Los viajes y la alimentación saludable son compatibles. Los siguientes consejos te ayudarán a conseguir este reto. ¡Mucho ánimo, empezamos!
1. En la medida de lo posible, intenta tener un horario estable para alimentarte. Nuestro cuerpo y mente necesitan una estabilidad horaria en comidas, ejercicio y horas de sueño para poder rendir al 100%.
2. Limita o evita las mal llamadas “bebidas refrescantes” azucaradas y bebidas alcohólicas. Con el buen tiempo las infusiones frías con hielo son muy refrescantes. Aprovecha para probar nuevos sabores. La hidratación adecuada es muy importante en esta estación.
3. Procura que en todas las comidas principales haya vegetales: crudos, al vapor, a la plancha… Te asegurarás de que el plato no sea demasiado calórico. ¿Quieres tomarte una hamburguesa con tus amigos? Acompáñala de ensalada, las patatas no van a conseguir que mejore ese momento de reunión pero sí van a aportarte calorías que no necesitas.
4. Intenta llevar siempre encima unos cuantos frutos secos para tomar entre las comidas principales. Así evitarás tener excesiva hambre posteriormente y no podrás decir que el helado del chiringuito de la playa era lo más cercano que te pillaba. La fruta preparada en tupper también es una opción ideal, además de económica.
5. No olvides la importancia y necesidad del ejercicio. Sí, también en verano. El fresco de la noche o de la madrugada suele ser un momento ideal para realizarlo.
Actualizado Agosto 2019
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