Las semillas son nuestras mejores aliadas en la cocina.
En los menús del Método Sarai Alonso las incluimos: crudas enteras o molidas, en ensaladas, purés o cremas y repostería, hidratadas en agua o en un yogur…
Se ha demostrado científicamente los beneficios de estos alimentos, muy ricos en ácidos grasos poliinsaturados esenciales (omega-3):
- Disminuyen el colesterol «malo» perjudicial para la salud cardiovascular.
- Aportan fibra al plato, lo cual nos produce sensación de saciedad y mejora la actividad intestinal.
- Completa nutricionalmente dietas veganas y vegetarianas.
- Regulan las glucemias en personas con Diabetes Mellitus.
- Permiten el correcto funcionamientos de las células.
Están al alcance de todos, en supermercados o herbolarios. A continuación te presento algunas semillas y cómo utilizarlas:
– Chía: De color oscuro. Destacan por su aporte de hierro. Se pueden consumir crudas o hidratadas hasta que se hinchen.
– Lino: También conocido como linaza. Planas, alargadas y con color marrón. Ideal para espolvorear crudo en ensaladas y en purés.
– Amapola: Semillas redondas y color negro. Su uso es habitual en repostería, en el interior de bizcochos, en la corteza del pan artesanal… Son ricas en minerales como el magnesio.
– Sésamo: Debido a su versatilidad se pueden consumir crudas tanto en panes como en cremas (tahín) para completar el hummus. Aporta calcio con una alta biodisponibilidad (fácil asimilación), especialmente indicado para personas con problemas óseos.
Actualizado Marzo 2020
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