Tan solo una pequeña parte de la población está conforme con su peso. ¿Qué ocurre con el resto? Les persigue constantemente la idea de “tengo que perder peso, y si es rápido mejor”. Si te sientes identificada con la gran mayoría que está disconforme con su peso te invito a leer este post donde descubrirás los aciertos y errores de perder peso rápido.
¿Cuánto peso debo perder?
Antes de plantearnos un cambio tan importante, debemos trazar la hoja de ruta y saber cuál será la meta. Cuando realizamos este ejercicio en consulta nos sorprendemos de la variedad tan infinita de metas que existen (por ejemplo: poder jugar con mis sobrinos sin agobiarme). Te preguntarás: ¿cómo es posible? Si querer tener un peso de 63kg es algo muy frecuente. Llevas razón, sin embargo tengo una sorpresa para ti que más tarde leerás y te hará cambiar la visión.
Seguramente, para descubrir el peso que “debes perder” estés pensando en una famosa fórmula en la que combinar peso y altura, y el resultado te indica si tu peso es adecuado para ti o no según aparece en las tablas, es el IMC o índice de masa corporal. Este indicador nos ayuda a orientarnos pero nunca debe ser la meta ya que hay muchísimas variables que no se tienen en cuenta y son esenciales: composición corporal, sexo, edad, hábitos alimentarios, relación emocional con la comida… De esta manera la fórmula del IMC puede indicarme que he perdido peso hasta llegar a mi peso saludable y sin embargo mi masa muscular es muy baja, me encuentro desnutrida y tengo una relación tóxica con la comida. Si sólo nos hubiéramos quedado con el dato numérico parecería adecuado, pero ya vemos que escondía otros aspectos muy importantes.
El peso que “debo perder” es aquel que me permite sentirme cómoda en una cifra oscilante; donde cómoda significa que no me prohíbo nada, mis hábitos son saludables emocional y nutricionalmente hablando y disfruto de la actividad física.
¿Para qué perder peso?
Ahora que sabemos utilizar el IMC como una referencia, necesitamos ahondar más en nuestros pensamientos para conocer cuáles son los motivos que me mueven a perder peso.
Contestar la pregunta “para qué” te ayudará a encontrarlos con unas respuestas que requieren compromiso y serán duraderas. Por ejemplo: quiero perder peso para atarme los cordones sin dificultad.
¿”Por qué” quiero perder peso?: enfocar la motivación desde esta otra pregunta nos llevará a unas respuestas efectivas sólo a corto plazo y basadas en “me pongo a la defensiva y me obligo porque sí”, llevando en definitiva a la frustración. Por ejemplo: porque quiero atarme los cordones fácilmente.
¿Cuánto tiempo tardaré en perder peso?
Seguimos trazando la hoja de ruta para llegar a la meta y sorprendentemente ha cambiado en su totalidad la idea inicial.
En lugar de plantear una meta donde aparece un “peso ideal”, hemos descubierto que las motivaciones para estar en un peso saludable son la meta en sí. De tal forma que podemos revelar la sorpresa de la que hablaba al inicio: la pérdida de peso es una consecuencia, no es la meta.
El tiempo que necesitaré para lograrlo será tan largo y tan corto como necesite, tan fácil o tan difícil como las variables lo permitan.
Las variables son:
- estrés
- ansiedad con la comida
- medicación que se esté tomando
- enfermedades asociadas
- gestión de la comida en los eventos sociales
- calidad del sueño
- existencia de atracones y trastornos de conducta alimentaria
- actividad física
- etcétera
Qué NO hacer: 5 errores más comunes
- Quitar o prohibirte alimentos. Los más habituales son el pan, la pasta, los plátanos, el chocolate… ¡Nos están prohibidos!
- Pasar hambre. Borra de tu mente la frase “si no sufro no lo voy a conseguir”. ¡Todo lo contrario! Los períodos de hambre tienen como respuesta los atracones y una mala relación con la comida.
- Guiarte con la “dieta de la vecina” o seguir un plan dietético estricto y restrictivo. Las dietas milagro no existen.
- Tomar productos quemagrasas que prometen maravillas. Los productos milagro no existen.
- Tener referentes inadecuados como influencers, falsos nutricionistas, programas y revistas sin rigor científico…
Qué SÍ hacer: 5 aciertos
- Planifica tu día con horarios de comidas y qué tomar en cada momento.
- Entre una comida y otra no deben pasar más de 3 horas: incluye las medias mañanas y meriendas, recenas también si es tu caso.
- Incorpora vegetales al menos en una comida del día. Pueden ser crudos como ensaladas; cocinados como parrilladas.. Tú eliges, recuerda que siempre sea atractivo y que te guste.
- Come de todo escuchando las señales de hambre y saciedad que manda tu cuerpo.
- Contacta con un nutricionista para que diseñe la hoja de ruta contigo, para que sea personalizada y te haga sentir bien.
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¿Cómo podemos ayudarte desde Sarai Alonso Nutricionistas?
Nuestro lema es escucharte, sólo así crearemos una relación basada en la empatía y confianza.
Crearemos juntos la hoja de ruta personalizada donde tendremos en cuenta tu historial médico, tu organización entre semana, tus hábitos del fin de semana, tu relación emocional con la comida… y muchos aspectos que sólo tú y yo conoceremos.
Teniendo todos estos aspectos identificados iremos marcando pequeños objetivos (no de peso) que sean realistas y motivadores. La suma de lograr los objetivos tendrá como consecuencia la pérdida de peso deseada.
Además, te acompañaremos siempre desde tu área personal donde podrás contactar con tu nutricionista y psicóloga desde el chat; recibir fichas de trabajo y apoyo al tratamiento; acceso a recetarios únicos.
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