Me preocupa leer estudios recientes donde nos alarman del aumento de obesidad infantil en los últimos años y los problemas de autocontrol con la comida. ¿Qué estamos haciendo mal? Vivimos rodeados de información (sobreinformación, para ser más exactos) y, en cambio, comemos peor. Si los adultos no tomamos buenas decisiones en cuanto a cómo alimentarnos, nuestros pequeños tampoco tendrán las herramientas para hacerlo. Ésta puede ser una explicación de cómo el hambre emocional y los trastornos de conducta alimentaria en niños y adolescentes están incrementando.
Como nutricionista, he querido acercarme a una consulta de Atención Primaria de Pediatría (desde los 0 a 16 años) para conocer de primera mano la realidad de los niños y niñas de hoy en día en cuanto a la alimentación, salud mental y estilos de vida saludables. Para ello entrevisté a Alba María, enfermera pediátrica en Alicante. A continuación, podéis ver los puntos más importantes de la entrevista, ¡es muy interesante!
¿Qué percibes en las consultas de los niños y niñas relacionadas con la alimentación?
Observo varias cosas muy interesantes.
Por un lado, veo a los padres que acompañan a estos niños con ganas de que sus hijos pierdan peso, poniendo el foco en el peso y no en la relación que los niños tienen con la comida ni cómo se sienten cuando recurren a la comida. Veo que antes se les ha preguntado poco en profundidad sobre cómo se sienten con su peso, y es en el momento de la consulta cuando aprovechan para hablar y aparecen los sentimientos de padres e hijos.
Por otro lado, observo que los niños y niñas comen o llevan a cabo rutinas que en casa están normalizadas para otras personas. Me dice un papá: ¡Es que mi hijo come galletas en el desayuno, le doy pan pero prefiere galletas! y le propongo que reflexionemos juntos: Si tu hijo come galletas en el desayuno es porque tú compraste galletas en el supermercado y las tienes en la despensa de casa, además seguro que otras personas en casa desayunan galletas y las dejan en la mesa del desayuno como una opción más. ¿Por qué no va a querer galletas tu hijo si ve que tú lo haces y que en casa hay ese producto? Los niños son un reflejo de lo que observan y ven en casa.
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¿Cómo ves, en general, la alimentación de los niños y niñas?
Como te decía, veo los hábitos de una familia reflejados en los hábitos de los niños, ni más ni menos. Si los niños comen poca fruta al día, pregunto a los padres y es igual. Si a los niños no les gustan algunas verduras veo que los padres son los primeros que ponen caras raras al mencionarlas y que por ello tampoco las tienen en sus despensas. Si a los niños les gustan las hamburguesas fast food o pizzas precocinadas es porque los padres les llevaron allí un día a celebrar algo bueno y ellos relacionaron que eso es algo positivo.
¿Observas hambre/comer emocional y TCA (trastornos de la conducta alimentaria) en los niños y niñas?
Sí, con mucha frecuencia observo trastornos de la conducta alimentaria como trastorno por evitación/restricción de la ingesta (TERIA) y anorexia, además de conductas de hambre/comer emocional como atracones, ayunos incontrolados, y obsesión por hacer ejercicio, sobretodo en adolescentes. Observo que la comida es para ellos un falso “calmante” de estrés o frustraciones de su día a día. Porque sí, los jóvenes también pueden sentir esto, no es algo de los adultos únicamente: puede que se sientan incomprendidos por sus amigos, solos en un pueblo, intranquilos por los exámenes del instituto… Están en una etapa de descubrimiento de su identidad y muchas cosas más, y sus emociones están a flor de piel.
También observo desórdenes en cuanto al tiempo que los adolescentes dan al sueño y a moverse en relación al uso desmesurado de los móviles. Sin un control, me comentan los pacientes, de forma inconsciente pasan horas delante del móvil y después terminan acostándose un día a la una de la madrugada, otro día a las dos de la madrugada… y sin hacer ejercicio porque no habían acabado los deberes que tenían pendientes…
Sobre el uso del móvil, tenemos constancia de cómo las redes sociales están creando modelos de cuerpos irreales que provocan en los usuarios un deseo de ser como ellos. ¿Cómo has visto que esto influye en tus consultas? ¿Has notado que sea un aspecto relevante o hay otros mayores que afectan a la imagen corporal?
Sí, especialmente las niñas adolescentes me hablan de los “filtros” de Instagram (en los que al hacerse una fotografía, se altera su aspecto físico para hacerlo más irreal e “ideal”. Filtros que les elimina el acné, las maquillan…) como una herramienta muy habitual. Esto significa que utilizan “máscaras” para mostrarse a los demás en esta realidad paralela, perdiendo así su personalidad y humanidad. Esto conlleva numerosos problemas a la hora de observarse en el espejo, generando conductas de restricciones en muchas de estas niñas, y también niños.
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¿Cuál crees que es la solución?
Desde casa podemos ayudar a mejorar esta situación. ¿Cómo? Dando tiempo para hablar con nuestros hijos, preguntarles cómo se sienten, qué les gusta hacer, qué les produce malestar. La compra es también un momento muy importante para decidir qué quieres que tus hijos coman y qué no (si no hay en casa, no se querrá comer) y también para descubrir variedad de verduras y frutas, con sus colores naturales tan atractivos para los peques de la casa.
A su vez, es importante conseguir, sin ser rígidos, unos horarios estables para ir a dormir, para el uso de la tecnología, para moverse, y para hacer al menos 4 comidas al día siempre a la misma hora, dentro de lo posible.
La atención por especialistas de la nutrición y salud mental como Sarai Alonso Nutricionistas me parece que es clave ya que no cualquier persona ni profesional es capaz de ver de forma general que el problema de la obesidad infantil no es sólo pesar más que otros, si no todo lo que hay alrededor de nuestros pacientes.
Pero todo esto no debe convertirse en una tarea única y exclusivamente dirigida al niño o niña que necesita mejorar su alimentación. Los nuevos hábitos los tienen que adquirir también los padres, hermanos… Porque es salud para todos.
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